¿Cómo suceden y qué peligros acarrean?
Los accidentes dentales pueden ser causados por caídas, incidentes en la práctica de deportes, peleas o siniestros automovilísticos, entre otros. En el peor de los casos, pueden resultar en la fractura o arrancamiento del diente o dientes del alveolo dental, siendo más frecuente en el grupo antero superior de la arcada.
Cuando esto sucede, lo primero que se debe hacer es acudir con urgencia a una clínica dental, para que el odontólogo sea capaz de examinar los daños presentes en el diente, así como en los tejidos cercanos al mismo, ya sea encía, hueso o labios.
Este tipo de lesiones suelen ser muy llamativas y, a menudo, asustan a los padres de los niños accidentados. Las pautas a seguir por parte de los facultativos pueden ser muy amplias, dependiendo de la situación. En muchos casos, si se trata de un diente deciduo, de leche, puede ser necesaria su exodoncia de la boca. El fin de esto consiste en evitar infecciones y contaminaciones del diente definitivo. Así mismo, si existen heridas amplias en la mucosa o tejidos orales, puede requerirse la sutura y vigilancia de éstas. Si además existiese un evidente compromiso de los huesos maxilares o propios de la cabeza, podría ser más que evidente la necesidad de cirugía reparativa y hospitalización del sujeto en cuestión.
Pautas a seguir tras un accidente dental.
Lo más importante es que sepas que cualquier traumatismo dental debe ser examinado minuciosamente, ya que, con el tiempo, puede que deje ver aquellos daños tardíos que se dan con el curso de los meses e, incluso, años. Nos referimos, en particular, a los cambios de color del diente o aparición de dolor, fístulas o flemones, movilidad, etc. Todo ello producto de una degeneración pulpar y del ligamento periodontal, lo cual suele ser de curso lento. Debes estar pendiente a cualquier cambio acontecido, así como acudir a las revisiones pautadas por tu odontólogo. Esto conseguirá minimizar los posibles daños presente o futuros.
Si te encuentras con un accidente de esta índole, te damos una serie de pautas para que puedas actuar adecuadamente:
- Lávate las manos antes de examinarte o examinar a la persona afectada, dado que puedes contaminar la zona aún más.
- No introduzcas en la boca el diente caído o un fragmento del mismo. Colócalo en un recipiente húmedo, si lo encuentras, y llévalo contigo a tu odontólogo. Puedes aportar la humedad al recipiente con suero fisiológico, agua o leche fría.
- No te empeñes en limpiar la zona, dado que puedes desplazar fragmentos dentales, óseos o cuerpos extraños alojados, complicando más aún la labor del facultativo, o empeorando la situación.
- Si existe sangrado o una herida muy llamativa, empapa una gasa o compresa en suero o agua templada. Sin hacer presión, colócala suavemente sobre la zona traumatizada.
- No tomes ninguna medicación ni incites a que el herido tome ningún tipo de fluido o comida. Esto se debe a que, en caso de ser necesaria una intervención, esto solo retrasaría la terapia.
- Si existe desplazamiento evidente o incongruencia entre arcada dentales, no trates de alinearlas o recolocarlas. Podría tratarse de una fractura, la cual puedes agravar en caso de ser manipulada.
Desde SJD Dentistas esperamos que nunca tenga que pasar por este mal trago; pero, si sucediera, no lo dudes, acude urgentemente a nuestras clínicas, donde te podremos ayudar y orientar.
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